viernes, 11 de octubre de 2013

Fichas catalográficas de los Jardines del Buen Retiro

1.- FUENTE EGIPCIA

Título de la obra: Fuente egipcia. Popularmente se la conoce por los sobrenombres de “Fuente del Mallo”, “El Canopo”, “La tripona” o “La Gorda”
Autor: La fuente fue un encargo de Fernando VII, y construida por Isidro González Velázquez.
Cronología: La obra se encuadra a principios del siglo XIX. Se comienza a construir en 1819, pero por diferentes circunstancias no se inaugura hasta treinta y un años más tarde, en 1850.
Dimensiones: 15 m de largo x 10 de ancho x 4 m de altura. En el siglo XIX, el conjunto se remataba por una estatua de bulto redondo que representaba a Osiris, sobre el pedestal que actualmente puede verse, aunque sus medidas se desconocen.
Materiales utilizados: Piedra y ladrillo. Las esfinges que coronan los dos remates triangulares de la fuente eran originalmente de escayola, pero debido a su fragilidad, se reemplazaron por otras de piedra.
En cuanto a la técnica, tanto las esfinges como el vaso canopo que se encuentra en la hornacina central del frontón son esculturas de bulto redondo.
Localización: Se instala al oeste del Estanque Grande del Retiro, según se mira hacia el monumento de Alfonso XII, en el actual Paseo Venezuela, entre dos quioscos, que originalmente eran norias para traer el agua.
Comentario: Se trata de una fuente imbuida en un conjunto arquitectónico formado por dos pisos, ambos rectangulares, siendo el superior de menores dimensiones. En uno de los lados, como formando la entrada de un templete vemos una estructura triangular a modo de frontón, sobre cuyos ángulos descansan dos pedestales paralelepípedos que sirven de base a sendas esfinges de bulto redondo. Ambas se miran la una a la otra. En la zona central de esa portada se abre una horadación en el muro para dar cabida a una hornacina, cuyo perímetro está formado por sillares de piedra formando un arco, cuya clave sobresale del conjunto. En el interior de ese arco vemos una escultura de bulto redondo que representa a un vaso canopo con cubierta antropomorfa cuya cabeza lleva un tocado faraónico. Se asienta sobre el pedestal donde se sitúa la fuente.
En la parte superior del arco, entre las dos esfinges se levanta un pilar cuadrangular en cuya cima hay tres listeles en orden creciente. Sobre estos, un pedestal que serviría de base para alojar una estatua de Osiris, hoy desaparecida.
Los paramentos del conjunto arquitectónico se encuentran enmarcados por los mismos sillares de piedra que formaban el arco . El interior de estos está recubierto de ladrillo. Esto no ocurre en los lados, ya que solo se utiliza la piedra para la señalización de los pisos, y no para enmarcarlos.
La obra se enmarca en la primera mitad del siglo XIX, siendo el producto de un hecho muy significativo, a saber, el redescubrimiento de la cultura egipcia gracias a la expedición fallida de Napoleón al país de los faraones. Esto repercute profundamente a nivel social, desde los círculos de eruditos interesados ante un gran campo a descubrir, hasta en la moda, apreciándose en las vestimentas, la bisutería. En el terreno artístico, tanto las artes mayores como menores experimentarán una variedad de formas evocando aquel pasado cultural. Es decisivo en este sentido la “Description de l´Egypte”, un compendio de láminas elaborados por los sabios que acompañaron a Napoleón en sus campañas, fruto del cual los artistas europeos tomaron como inspiración para sus egipcierías, como se dieron en llamar a las obras de arte que propugnaban este renacimiento de lo egipcio.
Es importante el libro citado, porque fue el medio a través del cual se difunde en España, de manos de los ilustrados. La corona no tarda en hacerse eco de que las egipcierías inundan las cortes europeas, y uno de las consecuencias es esta fuente instalada en el Retiro. Como se ha explicado antes, la fuente venía rematada por una estatua de Osiris, muy vinculado al agua por ser uno de los principales responsables de la crecida del Nilo, asociada a su vez con la fertilidad.
Fernando VII encarga a Isidro Fernández Velázquez la ejecución de la obra, la cual no se inaugura hasta treinta años más tarde, junto al Gran Estanque del Retiro, sobre un depósito de agua -a sus lados había norias para mover el agua, donde hoy se sitúan los quioscos-, que aún hoy continúa siéndolo, a pesar de que la fuente se secó hace más de una década.
En la época en que se construye la fuente, la corona realizaba numerosos juegos con sus cortesanos aprovechando los jardines del Retiro. La zona del Gran Estanque se convirtió en el escenario de numerosas naumaquias, aunque pronto se cansarían de tanta batalla escenificada y optaron por una mayor variabilidad. De aquí procede una de las leyendas de la fuente, ya que uno de los juegos consistía en esconder tesoros por toda la zona. Una de las veces en que se escondió, el responsable de decir el lugar, murió repentinamente. A pesar de las numerosas búsquedas, no logró encontrarse. Muchos aseguran que es en la “Tripona” -como llamaban al vaso canopo de la fuente- donde se esconden los doblones de oro. A principios del siglo XX se creyó haber encontrado el famoso tesoro; sin embargo, las monedas no correspondían al reinado de Fernando VII.

Fuente Egipcia (elaboración propia)

Antonio Carrasco Sabroso 2º A3

MONUMENTO HERMANOS ÁLVAREZ QUINTERO

Título de la obra: Monumento Hermanos Álvarez Quintero
Autor: El conjunto escultórico pertenece a Lorenzo Coullaut – Valera, acabando la obra posteriormente su hijo, Federico Coullaut – Valera Mendigutia.
Cronología: Se inaugura el 2 de diciembre de 1934 en una ceremonia presidida por Rafael Salazar Alonso e Isacio Contreras Rodríguez, alcaldes de Madrid y Sevilla respectivamente.
Dimensiones: 6,10 x 14 x 8,50 m
Material y técnicas utilizados: La obra puede dividirse en la producción del padre y del hijo. La primera corresponde a la sevillana y a la estructura arquitectónica sobre la que se encuentra. Está realizado en mármol. En cuanto a la estatua ecuestre y su jinete -realizada por el hijo- fue realizada en bronce. Ambas esculturas son de bulto redondo. Destacar en este apartado el bajorrelieve en el centro del monumento, que muestra las efigies de los hermanos Álvarez Quintero, sobre una placa cuadrangular.
Localización: Se puede ver actualmente en los Jardines del Buen Retiro desde el paseo de Colombia. Hay que adentrarse en los jardines escasos metros cerca del cruce con el Paseo del Perú.
Comentario: Comenzando con la estructura arquitectónica, se trata de un arco de reminiscencias clásicas sostenido por dos piezas de cuatro columnas jónicas cada una -bajo cada grupo de cuatro se coloca una vasija-. Bajo el arco se cobija una figura escultórica femenina, ataviada con vestimentas andaluzas, que apoya una mano en su cintura y la otra en la baranda de un balcón de bronce. La cabeza ladeada en dirección a su enamorado, el cual monta sobre un caballo -ambos de bronce – y que saluda a la mujer ayudándose de su sombrero y con un gesto algo más expresivo que el de ella. Parece estar paseando alrededor del monumento con la chulería típica de las obras de los hermanos dramaturgos. En este sentido, hay que apuntar el carácter narrativo del monumento.
Por debajo de la figura femenina vemos en un primer término el busto de los hermanos homenajeados de perfil, enmarcados en una placa rectangular, de la cual, los dos tercios inferiores se destinan a una inscripción conmemorativa que reza: “A Serafín y Joaquín Álvarez Quintero, el pueblo de Madrid, con la colaboración y homenaje de España entera”.
De los extremos del edificio arquitectónico se abren dos brazos circulares que rodean una fuente central de la que brota un suave chorro. Gracias a los altos ejemplares arbóreos que lo envuelve, el conjunto se fusiona a la perfección con el ambiente donde se encuentra.
La obra se inauguró en vida de los hermanos, un acontecimiento poco usual. Sin embargo, debido a su gran éxito tanto de crítica como de público en las primeras décadas del siglo XX hicieron que hasta los propios teatros sufragaran el monumento directamente con su recaudación.
Por motivos que se desconocen, los propios autores faltaron a la inaguración. Se presentó en su representación una actriz llamada Concha Catalá, cuyo discurso se basó en textos de los hermanos.
El sitio fue escogido a propósito, ya que disfrutaban paseando por los jardines. Para ello, contrataron a Lorenzo Coullaut (también de Sevilla) quien comenzó la ejecución del proyecto. No sería el primero que acometía de estas características. También pasaron por sus manos las estatuas de Bécquer o de Menéndez y Pelayo. Al morir durante la ejecución del proyecto, recoge el testigo su hijo, Federico Coullaut – Valera Mendigutia, quien lo resolvió añadiendo el jinete con su caballo. Este último es conocido también por su remate del edificio de Metrópolis.
Cuatro años después de la inaguración de la estatua, moría Serafín Álvarez Quintero, dejando bastante afectado a su hermano y compañero de trabajo, el cual seguiría firmando sus obras posteriores con los nombres de ambos. Le sobreviviría seis años más.
Además de Madrid, su tierra natal -Sevilla- también les rindió tributo gracias al tratamiento literario del costumbrismo andaluz. Se trata de una glorieta en el Parque María Luisa.

Monumento a los hermanos Álvarez Quintero (Elaboración propia)
Antonio Carrasco Sabroso 2º A3

FUENTE DE LA ALCACHOFA

Título: La obra a comentar lleva por título la “fuente de la alcachofa”.
Autor: Fue un encargo de Carlos III a Ventura Rodríguez.
Cronología: Siglo XVIII. Se proyecta en 1776 y se finaliza en 1782.
Localización: Actualmente se encuentra en una de las esquinas del Gran Estanque. Si se observa el monumento a Alfonso XII de frente, consideraremos su emplazamiento en la esquina sureste, presidiendo una plazuela circular.
Materiales: Toda la fuente está construida con caliza, a excepción del remate superior, que es de granito. Se extrajo de la cantera de Redueña (Madrid).
Comentario: Se trata de una fuente circular de gran diámetro mas no de gran altura (0, 5 m) cuyos motivos escultóricos se encuentran a modo de columna en su centro. Para poder explicarla comenzaremos en orden ascendente, desde el tritón y la nereida. Estos se encuentran arrodillados, uno a cada lado de un escudo de la ciudad de Madrid (se observa el oso y el madroño). El tritón a la izquierda mirando hacia el lado contrario al del escudo, mientras que la nereida mira al centro del mismo, inclinándose para ver mejor. Están apoyados sobre la basa de la columna, en cuyo fuste se insertarán las diferentes esculturas.
Sobre estos dos seres mitológicos se abre el primero de los pilones sobre el cual se vierte el agua del surtidor superior. Tiene forma de plato de un diámetro mayor del que se sitúa por encima. En su parte cóncava encontramos esculpidos motivos vegetales menos definidos que en el siguiente. Sobre este plato se encuentran cuatro niños apoyados sobre el fuste cada vez menor de la columna, cada uno mirando a un punto cardinal. Estos serán la comunicación entre el primero y el segundo plato, al que parecen asomarse diversas hojas de gran tamaño, cubriendo tanto su parte cóncava como la convexa. Mucho más tupida que el plato anterior.
Finalmente llegamos al surtidor en forma de alcachofa que da nombre a la fuente, cuyo remate está construido de granito. El agua que brota de este cae sobre los platos y sobre dos vasijas a los lados del tritón y la nereida, que simulan estar apoyadas sobre una superficie rocosa.
La fuente fue un encargo de Carlos III, monarca que trajo consigo unos fuertes ideales imbuidos del movimiento cultural de la Ilustración. De reinar en Nápoles pasa a Madrid, donde encuentra una ciudad muy atrasada urbanísticamente, necesitada de un plan higienista urgente. Así, derriba gran parte de un entramado de calles sinuosas, abriendo grandes avenidas y decorándolas según los patrones neoclásicos del momento. Entran en juego dos factores: uno, que proceda de Nápoles, donde se habían descubierto las ruinas de Pompeya y Herculano; dos, que le ayude su mujer, María Amalia de Sajonia -procedente de un ambiente muy culto-, en su gran proyecto de reforma de la ciudad, impulsando centros como la Real Fábrica de Tapices o la de Porcelana.
Entre los grandes arquitectos protagonistas de esta reforma se encuentra Ventura Rodríguez, artífice entre otras del Museo del Prado, del Palacio de Liria... En el apartado que nos ocupa, fue el diseñador de las fuentes más importantes de la capital, como la Cibeles, la de Neptuno o la que nos ocupa, la de la Alcachofa, que originalmente estuvo emplazada en la desaparecida Puerta de Atocha. La idea de trasladarla a su localización actual se debe al arquitecto José Urioste y Velada, un siglo más tarde, en 1880. Han pasado doce años desde que los Jardines del Buen Retiro ya no pertenezcan a los reyes, y en ese proyecto de remodelación se ubica en la esquina sureste del Gran Estanque, separada de la fuente del Ángel Caído por el Paseo de la República de Cuba (el nombre fue puesto posteriormente).

Pero Atocha no se queda sin fuente, ya que se realiza una copia que hoy se puede ver en la Glorieta de Carlos V, de menor tamaño y realizada en bronce toda ella. Sin embargo, el diseño es el mismo, salvo el pilón inferior, donde se asientan los dos seres mitológicos.

Fuente de la Alcachofa (Elaboración propia)

Antonio Carrasco Sabroso 2º A3

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