viernes, 11 de octubre de 2013



FICHA CATALOGRÁFICA DE LAS ESCULTURAS DEL BUEN RETIRO

ESCULTURA DE SANCHO IV

Escultura Sancho IV

Situada en el paseo de las estatuas, fue mandada hacer junto al resto por el rey Felipe VI para el Palacio Real de Madrid en el siglo XVII, bajo la dirección de los escultores de la corte Juan Domingo Olivieri y Felipe de Castro.

La obra se encuentra esculpida en piedra y en ella se puede observar a Sancho IV posando y portando un escudo con la imagen de una mujer implantado en este, capa y armadura, y realizada a tamaño real, donde la expresividad de la del personaje es mínima, a diferencia de otras obras del propio retiro como puede ser el Ángel Caído.

La estatua representa a Sancho IV de Castilla, también conocido como el Bravo, rey de castilla del 1284 al 1295 e hijo del rey Alfonso X, el cual le desheredó debido a sus pretensiones de conseguir el trono, hecho que consiguió debido a la muerte del primogénito de Alfonso, Fernando de la Cerda pues tras este hecho debía pasar el trono a manos de Sancho, el problema es que debido a la ley de las siete partidas,  los hijos de Fernando de la Cerda deberían recibir el título, un conflicto que desencadeno una peleo entre los defensores de ambos herederos que se trasladará a futuras generaciones.

En el año 1284, Sancho se proclamó en Toledo rey sin respetar la voluntad de su padre. Durante el reinado se produjeron diversas sublevaciones contra Sancho debido al conflicto con los defensores de la dinastía de Fernando de la Cerda, como el conflicto de Tarifa, siendo Don Juan, hermano del propio Sancho el que se levantó contra este, aunque finalmente las sublevaciones fueron destruidas.

EL ÁNGEL CAÍDO

Fuente del Ángel Caído


Se trata de una obra realizada en bronce en el año 1879 por el escultor Ricardo Bellver y mandada por José Urioste y Velada en el año 1886 y realizada en yeso, donde se representa al demonio en el momento en el cual se da cuenta que ha sido expulsado del paraíso. El conjunto tiene unas dimensiones aproximadas de 10 metros de largo, 10 de ancho y 7 de alto, mientras que en la propia escultura mide 2,65 metros de alto.

La obra se encuentra sobre un pedestal octogonal de granito, obra del artista Jareño y que contiene en su parte inferior carátulas de bronce demoniacas que representan a diablos que sujetan con sus manos lagartos, sierpes y delfines, en cada una de las cuales hay tres surtidores de los que emana el agua, una obra situada en el lugar de la antigua ermita de San Antonio de los Portugueses.

Carátulas de la fuente

Finalmente, la estatua del Ángel Caído cuenta con dos alas desplegadas y contorsionado que se apoyan sobre unas rocas (que sirven de base), mientras una gran serpiente se enrosca alrededor de su cuerpo. Cabe destacar que esta obra cuenta con influencias de varias corrientes: por una parte la helenística (especialmente de Laocoonte y sus hijos, pues se puede observar claramente la contorsión en los músculos del protagonista, que de hecho se encuentran bastante bien definidos y apresados por una serpiente), la barroca (sobre todo de Bernini, por su composición de líneas diagonales y su expresividad) y la romántica (por su sentimiento e intensidad dramática). Además, cabe destacar la gran expresividad con la que el autor esculpe la cara del demonio, mostrando con total claridad el dolor al darse cuenta de ser expulsado del paraíso.

Escultura del Ángel Caído


JUAN VAN-HALEN

Busto de Juan Van-Halen

Se trata de un busto realizado por Guillermo Geof en el año 1846 y emplazado en el lugar actual en el año 1996, es así una obra en reconocimiento a Juan Van-Halen, militar que participo en la Guerra de la Independencia.

El busto realizado en bronce se encuentra sobre un pedestal con forma de columna jónica, sobre esta, Van-Halen está representado con el atuendo militar y con un rostro realizado con un gran realismo pero con un semblante inexpresivo, eso sí,  rompiendo la frontalidad ya que se muestra con la cabeza girada hacia un lado.

Tras la invasión francesa fue movilizado y participó activamente en la defensa de España como  en la de Madrid, en el alzamiento de Lavapiés. Más tarde fue capturado y paso a formar parte del ejercito de Pepe Botella, luchando en Alemania, aunque finalmente volvió a líneas aliadas ayudando intensivamente y ayudando al avance contra los franceses en zonas del norte como Cataluña, ascendiendo a capitán de caballería del regimiento de cazadores de Madrid.

Aun así fue encarcelado por la participación con el ejército enemigo, pero finalmente escapo a Rusia entrando a formar parte del ejército del Zar Alejandro. Después volvió a España en 1821 en el trienio liberal pero volvió a ser exiliado tras la invasión de los cien mil hijos de San Juan. En 1854 volverá para ser finalmente condecorado.



Óscar Elez-Villarroel Freile



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