FICHA CATALOGRÁFICA DE LAS ESCULTURAS DEL BUEN RETIRO
ESCULTURA DE SANCHO IV
ESCULTURA DE SANCHO IV
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Escultura Sancho IV |
Situada
en el paseo de las estatuas, fue mandada hacer junto al resto por el rey Felipe
VI para el Palacio Real de Madrid en el siglo XVII, bajo la dirección de los
escultores de la corte Juan Domingo Olivieri y Felipe de Castro.
La obra
se encuentra esculpida en piedra y en ella se puede observar a Sancho IV
posando y portando un escudo con la imagen de una mujer implantado en este,
capa y armadura, y realizada a tamaño real, donde la expresividad de la del personaje
es mínima, a diferencia de otras obras del propio retiro como puede ser el
Ángel Caído.
La
estatua representa a Sancho IV de Castilla, también conocido como el Bravo, rey
de castilla del 1284 al 1295 e hijo del rey Alfonso X, el cual le desheredó debido
a sus pretensiones de conseguir el trono, hecho que consiguió debido a la
muerte del primogénito de Alfonso, Fernando de la Cerda pues tras este hecho
debía pasar el trono a manos de Sancho, el problema es que debido a la ley de
las siete partidas, los hijos de
Fernando de la Cerda deberían recibir el título, un conflicto que desencadeno
una peleo entre los defensores de ambos herederos que se trasladará a futuras
generaciones.
En el
año 1284, Sancho se proclamó en Toledo rey sin respetar la voluntad de su padre.
Durante el reinado se produjeron diversas sublevaciones contra Sancho debido al
conflicto con los defensores de la dinastía de Fernando de la Cerda, como el
conflicto de Tarifa, siendo Don Juan, hermano del propio Sancho el que se
levantó contra este, aunque finalmente las sublevaciones fueron destruidas.
EL ÁNGEL CAÍDO
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Fuente del Ángel Caído |
Se
trata de una obra realizada en bronce en el año 1879 por el escultor Ricardo
Bellver y mandada por José Urioste y Velada en el año 1886 y realizada en yeso,
donde se representa al demonio en el momento en el cual se da cuenta que ha
sido expulsado del paraíso. El conjunto tiene unas dimensiones aproximadas de
10 metros de largo, 10 de ancho y 7 de alto, mientras que en la propia
escultura mide 2,65 metros de alto.
La obra
se encuentra sobre un pedestal octogonal de granito, obra del artista Jareño y
que contiene en su parte inferior carátulas de bronce demoniacas que representan
a diablos que sujetan con sus manos lagartos, sierpes y delfines, en cada una de
las cuales hay tres surtidores de los que emana el agua, una obra situada en el
lugar de la antigua ermita de San Antonio de los Portugueses.
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Carátulas de la fuente |
Finalmente,
la estatua del Ángel Caído cuenta con dos alas desplegadas y contorsionado que
se apoyan sobre unas rocas (que sirven de base), mientras una gran serpiente se
enrosca alrededor de su cuerpo. Cabe destacar que esta obra cuenta con
influencias de varias corrientes: por una parte la helenística (especialmente
de Laocoonte y sus hijos, pues se puede observar claramente la contorsión en
los músculos del protagonista, que de hecho se encuentran bastante bien
definidos y apresados por una serpiente), la barroca (sobre todo de Bernini,
por su composición de líneas diagonales y su expresividad) y la romántica (por
su sentimiento e intensidad dramática). Además, cabe destacar la gran
expresividad con la que el autor esculpe la cara del demonio, mostrando con
total claridad el dolor al darse cuenta de ser expulsado del paraíso.
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Escultura del Ángel Caído |
JUAN
VAN-HALEN
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Busto de Juan Van-Halen |
Se
trata de un busto realizado por Guillermo Geof en el año 1846 y emplazado en el
lugar actual en el año 1996, es así una obra en reconocimiento a Juan
Van-Halen, militar que participo en la Guerra de la Independencia.
El
busto realizado en bronce se encuentra sobre un pedestal con forma de columna jónica, sobre
esta, Van-Halen está representado con el
atuendo militar y con un rostro realizado con un gran realismo pero con un
semblante inexpresivo, eso sí, rompiendo
la frontalidad ya que se muestra con la cabeza girada hacia un lado.
Tras la
invasión francesa fue movilizado y participó activamente en la defensa de
España como en la de Madrid, en el
alzamiento de Lavapiés. Más tarde fue capturado y paso a formar parte del
ejercito de Pepe Botella, luchando en Alemania, aunque finalmente volvió a
líneas aliadas ayudando intensivamente y ayudando al avance contra los
franceses en zonas del norte como Cataluña, ascendiendo a capitán de caballería
del regimiento de cazadores de Madrid.
Aun así
fue encarcelado por la participación con el ejército enemigo, pero finalmente
escapo a Rusia entrando a formar parte del ejército del Zar Alejandro. Después
volvió a España en 1821 en el trienio liberal pero volvió a ser exiliado tras
la invasión de los cien mil hijos de San Juan. En 1854 volverá para ser
finalmente condecorado.
Óscar Elez-Villarroel Freile
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