El cine del Oeste español surge muy
ligado a la figura del director Joaquín Romero Marchent. Como ya se
ha hablado de su trayectoria en las correspondientes entradas, aquí
se intentarán dilucidar las causas que permitieron la gestación de
un western hispano, así como las características propias de este
género, intentando completar ciertos aspectos que no han podido ser
concretados.
La primera causa hay que buscarla en
la literatura western. Este género, a diferencia del cine, surge de
manera coetánea tanto en la cultura norteamericana como en la
española. En el año 1876 encontramos el primer ejemplo con Esteban
Hernández y Fernández y su obra Los hijos del desierto.
Además, hacia principios del siglo XX ya se publicaban asiduamente
series de folletines que consistían en traducciones de obras
extranjeras, principalmente de grandes personajes del Oeste como
Buffalo Bill o Toro Sentado. Se pude afirmar que había una
supremacía de las obras extranjeras frente a las novelas españolas
del Oeste. Sin embargo, las consecuencias de la Guerra Civil
invertirán esta situación. La gran escasez de papel derivada de la
guerra, así como la dificultad de acceso a las obras extranjeras,
provocó que algunas editoriales tuvieran que recurrir a autores
españoles. Principalmente los periodistas y escritores republicanos
que habían sido víctimas de la depuración franquista hubieron de
buscar un modo de subsistir, por lo que la carrera de novelista era
una buena opción. Entre estos nuevos autores hay que destacar
especialmente a José Mallorquí. Con sus novelas del Coyote ganó
una gran fama a lo largo de la década de los cincuenta, siendo este
el primer factor que permitió la gestación de un western hispano,
ya que abrió la posibilidad de una adaptación cinematográfica que
culminó en el film El Coyote (1955)
de Joaquín Romero Marchent.
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El Coyote de José Mallorquí |
El otro fenómeno se encuentra lejos
de nuestras fronteras. Hacia la década de los cuarenta, en México
había ganado una gran popularidad el western protagonizado por
héroes enmascarados. Había una serie de personajes emblemáticos,
normalmente justicieros, como en el caso de “Aguila Negra”, “La
Sombra Vengadora”, “El Rayo Justiciero”, etc. Los productores
españoles importaban estos films y los proyectaban en cines de poca
categoría, ya que resultaba muy barato y a efectos legales constaban
como españoles. No sería difícil, por tanto, que el personaje
creado por José Mallorquí protagonizara una de estas películas. En
este contexto se comienza a rodar El Coyote en 1954, una coproducción
-legalmente encubierta- entre España y México. Para más detalles
sobre este film, leer la entrada correspondiente aquí.
Por tanto, ya se han explicado las
causas que, de manera directa o indirecta, propiciaron la llegada de
un cine del Oeste a España muy influido por su vertiente mejicana.
Sin embargo, el Western hispano tiene unas características propias,
sobre todo algunos rasgos traídos de las novelas de Mallorquí.
Entre éstos cabe destacar los siguientes:
En primer lugar, la acción siempre
se desarrolla en California tras la ocupación por las tropas
norteamericanas (1846-1848). Es constante la intención de subrayar
el origen español de California mediante expresiones como “el
espíritu español de hidalgos y misioneros”. El patriotismo
mostrado por el personaje de Mallorquí era una cualidad muy
apreciada por la censura franquista, como se muestra en el siguiente
informe de García Velasco, encargado de la censura en El Coyote:
“[...]
Siendo simplemente una novela de aventuras vulgar y
corriente tiene no obstante el valor inmenso de presentar un
protagonista español de sangre y sentimientos en lucha con los
yanquees en California, lo cual, en una obra eminentemente popular,
es muy importante”.
Otra
particularidad del Western hispano es la caracterización peyorativa
que tienen los norteamericanos. Normalmente son denominados como yanquees, invasores, asaltantes, etc.
Hay
una serie de films (El Coyote, La justicia del Coyote, La
venganza del Zorro, Cabalgando hacia la muerte, y El vengador de
California) que guardan una
relación muy importante (excepto el último, todos ellos de
Marchent). Además de la aparición del personaje de José Mallorquí,
el ensayista Christopher Frayling ha establecido un modelo de Western
hispano a través del argumento que todos estos films comparten:
La
acción se desarrolla en California, como se ha comentado antes,
inmediatamente después de la ocupación norteamericana. Normalmente
algún estadounidense se hace con el poder de manera ilegítima y
somete a la población a todo tipo de injusticias. Aquí entra en
escena el héroe enmascarado, de origen californiano, que si bien en
un principio aparenta indiferencia ante los ocupantes, esto no es más
que una tapadera. Alguien es asesinado o se comete alguna violación
de la ley. En este caso, un californiano que no tenga nada que ver en
el asunto será culpado, poniendo de manifiesto la corrupción de la
justicia norteamericana y obligando al justiciero a actuar. Éste
acabará con los secuaces del villano y liberará al californiano
injustamente apresado. El siguiente paso será liquidar al norteamericano, que ya habrá sido anteriormente desposeído de su
poder ilegítimo. Finalmente, se llega a una situación de calma
entre hispano-californianos y norteamericanos y el héroe deja esa
segunda identidad a espera de futuros conflictos.
Grosso
modo este es el esquema que siguen los films mencionados
anteriormente. Quiero recalcar que este modelo fue muy efímero, y no es mas que al que
tienden los primeros ejemplos de cine del Oeste en España. El factor principal que conlleva a su desaparición es la internacionalización del género entre 1965 y 1965, ya que la profusión de películas conllevó a toda una nueva amalgama de características.
BIBLIOGRAFÍA:
- Gutiérrez Recacha, P. "Spanish Western. El cine del Oeste como subgénero español (1954-1965)", Madrid, 2010.
- Palacios, Jesús. "Raices profundas", Nosferatu 41-42, 2002, pp 4-9
Mario Bañón Lorente 2ºA3
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