lunes, 28 de octubre de 2013

INTRODUCCIÓN AL SPAGUETTI WESTERN (Y II): ACERCA DE WINNETOU Y SUS CONSECUENCIAS

Nadie respetaría el spaghetti western. Y eso a pesar de que los cineastas más cinéfilos reconocen su huella impresa en cada uno de sus filmes. Véase Tarantino o Scorsese. Y no es poco. “El fenómeno más impresionante de pobreza cultural artesanal” decía una crítica de la revista Positif en 1967. “El plagio más desvergonzado, más deformante, en un delirio de violencia nauseabunda”. Y mientras tanto, todo el mundo al cine. Porque el spaghetti western revolucionó el panorama desolador que vimos en la anterior entrega del blog. No importaba si era plagio o no, tampoco su “calidad”. Se habían cambiado las reglas y los personajes. Los héroes en definitiva. En cierto modo, los pícaros personajes de ciertas comedias del milagro italianas (que influyeron tanto en España, en personalidades como García Berlanga) hacían acto de presencia en el desierto “americano”. Vayamos ahora a Alemania.

   En 1962, se rueda “El tesoro del lago de la plata”. Con este filme, el cineasta Harald Reinl recupera para el público la exitosa serie de Winnetou el Guerrero, de Karl May, cuyas andanzas se desarrollan en el Oeste americano. La película cuenta con la resurrección de Lex Barker (de la misma forma que ocurrirá con otros como Klaus Kinski), apagada estrella de Hollywood (donde interpretó a Tarzán), que busca la gloria en el viejo mundo. Todo recuperaciones; volver a los orígenes del Oeste y del star system. La película recibió unas críticas nefastas, pues los críticos no encontraron el aspecto cristiano en que incidía May en sus libros. Mas la gente acudió en masa. Las insípidas aventuras de Winnetou, que vistas hoy parecen risibles, habían resucitado la épica. Sin tiempo que perder, al año siguiente hubo nueva ración (I, Winnetou, 1963), en España titulada “Furia apache”. Y si en Alemania triunfa (hasta se componen en aquella época canciones del oeste para grupos pop, como “der Wind der Prairie”), en España e Italia, se hacen hasta cromos para los niños.


(El tesoro del lago de la plata, 1962)

   A Italia no llega esto como una novedad. Desde 1913, fecha en que se hiciera el primer western, el público ha dado siempre gran acogida a este género (lo mismo que en nuestro país). Desde la época por tanto del cine mudo. Y el honor de dirigir el primer filme corresponde precisamente a Vincenzo Leone (cuyo nombre real era Roberto Leone Roberti), el padre de Sergio. Dos revolucionarios en épocas diferentes. Sin embargo, Vincenzo no logra nunca el éxito del hijo. Como curiosidad, añadir que “La vampira india” cuenta con la presencia de la esposa y la madre de ambos artistas (Bice Valerian). En cuanto al resto, no hay muchas películas reseñables, o que merezcan la posteridad. En el libro de Christopher Frayling se destacan dos de los años cuarenta, inspirados en una ópera de Puccini, llamada “La fanciulla del West”. Son “Una signora dell´Ovest” (1942) e “Il fanciullo del West” (1943).

   Durante la década de los cincuenta, se realizan menos western italianos, porque Hollywood invade Cinecittà para las grandes producciones del momento. En los sesenta, en ese año crucial que es 1963, el panorama ha cambiado por completo; los estudios se encuentran vacíos (una situación parecida la vive España, poco antes del surgimiento del chorizo western), a la espera de ser reaprovechados. Y lo más importante, llenos de decorados ciertamente baratos. En este sentido, no habrá producciones de spaghetti western tremendamente costosas, pues la dirección artística la tendrán amortizada.

   Winnetou, vampiras,... Lex Barker por un lado, Akira Kurosawa por el otro. Y en medio de un escenario -nunca mejor dicho- que está reuniendo involuntariamente los ingredientes para el surgimiento de un subgénero trascendental, llega el cineasta japonés. Auténtico punto de inflexión. Un año antes de “El tesoro...” se estrena en Japón “Yojimbo” (El mercenario, 1961), pero no es hasta un año después cuando se estrena en Europa. 


(Toshiro Mifune en Yojimbo, 1961)

   Enzo Barboni, al verla, sale del cine entusiasmado; y el azar quiere que tropiece con Sergio Leone a la salida. Debe ir al cine de inmediato a ver la película del samurai que se disputa los servicios de dos casas rivales. No sabe que con el consejo ha acertado de pleno. Pero el desarrollo de esta historia se contará en una nueva entrada del blog.

Antonio Carrasco Sabroso 2º A3
Bibliografía:

  • Aguilar, C. (1990) Sergio Leone. Madrid. Ed. Cátedra.
  • Frayling, C (2000) Algo que ver con la muerte. Sergio Leone. Madrid. T&B Editores
  • Gutiérrez Recacha, P. (2010) Spanish Western. El cine del Oeste como subgénero español (1954-1965). Madrid. Ed. de la filmoteca.



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