martes, 10 de diciembre de 2013

JOAQUÍN ROMERO MARCHENT Y EL WESTERN ESPAÑOL (IV): EN LA CUMBRE DE SU CARRERA

En el año 1963 Marchent decide dar el salto y crear su propia productora: Centauro Films. El primer film que realiza bajo esta nueva firma -eso sí, con apoyo del italiano Alberto Grimaldi- será El sabor de la venganza (1963); considerada por muchos obra cumbre del madrileño. Más allá de pequeñas imposiciones de Grimaldi como la elección del actor principal, el norteamericano Richard Harrison, Marchent tuvo mayor libertad de actuación, como él mismo asevera en la revista Positivo: “El sabor de la venganza ya es idea mía. Escribí el guión y los diálogos”. Sin embargo, el hecho que realmente marca este film es la ausencia de José Mallorquí. Y con él todo rastro de españolidad; se produce un acercamiento al western estadounidense. 
Cartel El sabor de la venganza, 1963
El argumento es bastante simple pero está muy bien desarrollado. Presenta a Sarah Walker, interpretada por Gloria Milland, que, debido al asalto de su hacienda por parte de unos asesinos, queda viuda con tres hijos. Tras este trágico incidente, pronuncia una frase frente a la sepultura de su marido con el objetivo de enardecer el sentimiento de venganza en sus pequeños: "Quizá algún día, cuando seáis mayores, encontréis a los asesinos de vuestro padre. Sólo os pido que os acordéis de lo que aquí pasó". Más allá del argumento, que como se puede imaginar gira en torno a la idea de la venganza, es interesante mencionar las características que convierten esta película en fundamental dentro de la filmografía de Marchent. En primer lugar, habría que destacar una descripción psicológica de los personajes mucho más minuciosa que en Tres hombres buenos o Cabalgando hacia la muerte. Si bien las escenas de acción son siempre indispensables en cualquier western, en este caso estarán al servicio de la descripción de los personajes. La contraposición entre los hermanos Jeff y Cheff también es importante, cuyos caracteres se pueden resumir en dos máximas: la justicia de la ley, y la justicia de su propio revolver respectivamente. Y es que a ambos, además de la sangre, únicamente les une la sed de venganza; hecho que sabe manejar muy bien el director madrileño.

Tras Tierra Brutal (1962), El sabor de la venganza será el segundo film que se ruede en Almería, lugar donde un año después hará su aparición Sergio Leone con Por un puñado de dolares. Marchent indicaba a este respecto: "Almería en 1963 era eso, lo que se ve en las películas, un desierto, la provincia más pobre de España, el fin del mundo."
Desierto de Tabernas en Almería
El compositor italiano Riz Ortolani, elegido por Tarantino para la banda sonora de Kill Bill: Vol. 1 y Kill Bill: Vol. 2, otorga al film un cierto carácter emotivo mediante la propia función ambientadora de la música. La influencia que recibe de Elmer Bernstein, quien musicó Los siete magníficos (1960), no es desdeñable, pues esa sonoridad propia del western norteamericano será seña de identidad del propio Ortolani; sonoridad que dinamiza las secuencias de El sabor de la venganza cargándolas de una fuerte carga emocional que ayuda al espectador a tener un mayor interés por los personajes.

Riz Ortolani en La noche de la serpiente (1969)

El film fue un éxito en todos los aspectos. No sólo por los beneficios económicos que reportó a Marchent, sino que incluso la prestigiosa revista Film Ideal se interesó por este western, como pone de manifiesto la crítica realizada por Luis Cortés en 1964. Básicamente asociaba esta obra a la corriente denominada "superwesterns", término acuñado por el también crítico André Bazin: "De una manera convencional, llamaría superwestern al conjunto de formas adoptadas por el género después de la guerra. [...] Digamos que el superwestern es un western que se avergüenza de no ser más que él mismo, e intenta justificar su existencia con un interés suplementario: de orden estético, sociológico, moral.. en pocas palabras, por algún valor entrínseco al género y que se supone capaz de enriquecerle.". Si bien el concepto de "superwestern" tiene una cierta carga peyorativa, no es menos cierto que Bazin está afirmando que este tipo de films suponen una evolución del propio género western. Esta otra definición otorgada por el crítico quizá sea más ilustrativa en lo que se refiere a la obra de Marchent: "superwestern consiste en hacer coincidir una historia que podría muy bien encontrar su desarrollo en otro género, con un tema tradicional del western". Y es que el director madrileño tiene un mayor interés por mostrar los problemas que afligen al hombre; las escenas de acción no son más que una excusa para definir mejor la personalidad de sus personajes. 


Escena de El sabor de la venganza
En un principio el público acogió la película pensando que se trataba de un western traído de norteamérica. Algo normal, ya que además de la musicalidad otorgada por Ortolani (muy inspirada en los westerns clásicos), el actor principal también provenía de aquí. Su fama fue bastante considerable en Italia, e incluso algunos críticos han coincidido en que se trata del primer spaghetti-western. Que Por un puñado de dólares, realizada un año después, asentara las bases del género, no quiere decir que fuese la primera obra de dichas características. En cualquier caso, es un tema que causa cierta polémica entre los historiadores del cine. 

Una vez más favorecido por el éxito de su film anterior, se embarca en un nuevo proyecto: Antes llega la muerte (1964). El argumento fue realizado por el propio director y procedía de las dramáticas circunstancias personales que vivía en ese momento. Para terminar con esta entrada, nadie mejor que él para explicarlo:

"La idea efectivamente es mía, y procede de esto que hablábamos antes, de mi decisión de incorporar problemas humanos en las películas del Oeste. Ocurre que a mi madre, pocos años antes, siendo todavía relativamente joven, la descubrieron un cáncer de pulmón. [...] Pero no hubo nada que hacer, ella falleció. Y esta desgracia ocurrida en Madrid la trasladé a Texas en 1878. Por ello <<antes llega la muerte>>, efectivamente, tanto para la protagonista de la película como para quienes se sacrificaron para salvarla de una muerte sin remedio."

BIBLIOGRAFÍA:
  • Gutiérrez Recacha, P. "Spanish Western. El cine del Oeste como subgénero español (1954-1965)", Madrid, 2010.
  • Aguilar, Carlos. "Joaquín Romero Marchent. La firmeza del profesional", Almería, 1999. 
  • Urquijo, Patxi. "Joaquín Romero Marchent. La visión humanista.", Nosferatu 41-42, 2002, pp 194-206.

Mario Bañón Lorente 2ºA3

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