martes, 10 de diciembre de 2013


LA VIOLENCIA EN EL WESTERN EUROPEO (PARTE 1)

El western europeo, y más concretamente el western hispano-italiano, ha proporcionado a la crítica desde sus inicios como por ejemplo Por un puñado de dólares, la excusa perfecta para abominar del cine del Oeste rodado en estos países.

Uno de los ejemplos más claros es la crítica realizada por el francés Goffredo Foli, donde tacha al western italiano como “un fenómeno de total pobreza cultural, plagio desvergonzado y violencia nauseabunda”. Esta visión junto con la de otros personajes como Fernando Méndez o Vicente Vergara, dan una visión del género donde la violencia ejerce un papel principal e incluso excesivo, o al menos es la visión que se percibe en el momento, unas reflexiones a las que se sumaron incluso los propios realizadores americanos.

Ante todo esto, si debemos destacar que el western europeo nace como una variedad del género, ni mejor ni peor, donde la creación libre ejerce un papel principal, a raíz de lo cual la violencia entra en escena.

El western europeo es un cambio de tuercas y de interpretación frente al western de Hollywood, y quizás en este hecho erradica la verdadera cuestión de porque el western europeo se considerado una obra que no se encuentra al mismo nivel. En Hollywood este género, se trata desde el punto de vista épico, festejando el nacionalismo de una nación bajo un ideal ilustrado de paz, justicia y libertad, representado una cruda realidad histórica pero desde un punto más noble y aceptable al intelecto común. Sin embargo, el western europeo no mantiene esta filosofía, y representa la tragedia, donde el instinto de supervivencia da paso a nuevas formas de barbarie. La idea de los productores españoles, italianos y franceses, es mostrar sin sentimientos y sin componentes épicos ni legendarios, un Oeste decadente, siniestro, peligroso y dirigido por la sed de venganza, donde impera la ley del más fuerte y la libertad es una mera quimera.


Podríamos preguntarnos si todo esto hace que el western europeo caiga en un hiperrealismo a la hora de la representación fílmica de la violencia. Si hemos de buscar una respuesta a tal pregusta, sin ninguna duda debemos responder que sí, pues de hecho historiadores como Joseph G Rosa, afirman que el concepto del pistolero como un caballero del siglo XIX que se rige por el juego limpio a la hora de batirse en duelo, está muy alejada de la realidad, de hecho, el vaquero de antaño busca sobrevivir a toda costa, adelantándose a los movimientos de sus enemigos de un modo u otro, donde los hombres acababan mal heridos, incluso con mordeduras u ojos arrancados y en el peor de los casos, muertos.

Por otro lado es necesario entender que el género, nació de una necesidad de la sociedad del momento. Los años sesenta, que coinciden con el apogeo del western italiano, coinciden a la vez con un periodo histórico convulso y lleno de incertidumbre, donde nacerán nuevas tecnologías y formas de pensamiento que trastocarán la sociedad y las relaciones humanas, en ocasiones, por hechos extremadamente violentos, probando por tanto que el género no parte de un solo individuo, sino de un momento histórico y un contexto cultural. Es también una época de constantes guerras y conflictos que provocan una gran cantidad de muertes y catástrofes, lo que según diversos expertos, provocó en la población europea un entumecimiento emocional, una baja autoestima, depresión, una visión negativa del ser humano al darse cuenta de la gran destrucción que puede causar por sí mismo, lo que en resumidas cuentas tiene como consecuencia la ausencia de sentimiento solidario entre las personas.




Si en los años 60, el spaghetti western se definió por alguna palabra, esa fue la de obsceno, un adjetivo que fue suscrito por Goffredo Fofi, que como explique anteriormente tacha el género de nauseabundo. Una obscenidad que para este personaje y para los años 60, traspasa los límites de lo “culturalmente aceptado y que entra dentro de la normalidad de la sociedad”. Sin duda alguna nada resume mejor esta situación que la frase “todos somos hijos de nuestro tiempo”, pues lo culturalmente aceptado por una sociedad, depende precisamente de la sociedad del momento y lo que esta tenga establecido, pues pensemos y entremos en razón, un género tan “sangriento” como este, en la actualidad no provocaría la alteración de la personas que lo viesen, pues de hecho hoy en día, se dan películas mucho más sangrientas y violentas de lo que podía llegar a representar el spaghetti western.

BIBLIOGRAFÍA:

-Antonio José Navarro / Euro-Western: Nosferatu / Editoral: Paidós

ÓSCAR ELEZ-VILLARROEL FREILE - A3


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