LA VIOLENCIA EN EL
WESTERN EUROPEO (PARTE 1)
El western europeo, y más concretamente el
western hispano-italiano, ha proporcionado a la crítica desde sus inicios como
por ejemplo Por un puñado de dólares,
la excusa perfecta para abominar del cine del Oeste rodado en estos países.
Uno de los ejemplos más claros es la crítica
realizada por el francés Goffredo Foli, donde tacha al western italiano como
“un fenómeno de total pobreza cultural, plagio desvergonzado y violencia
nauseabunda”. Esta visión junto con la de otros personajes como Fernando Méndez
o Vicente Vergara, dan una visión del género donde la violencia ejerce un papel
principal e incluso excesivo, o al menos es la visión que se percibe en el momento,
unas reflexiones a las que se sumaron incluso los propios realizadores
americanos.
Ante todo esto, si debemos destacar que el
western europeo nace como una variedad del género, ni mejor ni peor, donde la
creación libre ejerce un papel principal, a raíz de lo cual la violencia entra
en escena.
El western europeo es un cambio de tuercas y
de interpretación frente al western de Hollywood, y quizás en este hecho
erradica la verdadera cuestión de porque el western europeo se considerado una
obra que no se encuentra al mismo nivel. En Hollywood este género, se trata
desde el punto de vista épico, festejando el nacionalismo de una nación bajo un
ideal ilustrado de paz, justicia y libertad, representado una cruda realidad
histórica pero desde un punto más noble y aceptable al intelecto común. Sin
embargo, el western europeo no mantiene esta filosofía, y representa la
tragedia, donde el instinto de supervivencia da paso a nuevas formas de
barbarie. La idea de los productores españoles, italianos y franceses, es mostrar
sin sentimientos y sin componentes épicos ni legendarios, un Oeste decadente,
siniestro, peligroso y dirigido por la sed de venganza, donde impera la ley del
más fuerte y la libertad es una mera quimera.
Podríamos preguntarnos si todo esto hace que
el western europeo caiga en un hiperrealismo a la hora de la representación
fílmica de la violencia. Si hemos de buscar una respuesta a tal pregusta, sin
ninguna duda debemos responder que sí, pues de hecho historiadores como Joseph
G Rosa, afirman que el concepto del pistolero como un caballero del siglo XIX
que se rige por el juego limpio a la hora de batirse en duelo, está muy alejada
de la realidad, de hecho, el vaquero de antaño busca sobrevivir a toda costa,
adelantándose a los movimientos de sus enemigos de un modo u otro, donde los
hombres acababan mal heridos, incluso con mordeduras u ojos arrancados y en el
peor de los casos, muertos.
Por otro lado es necesario entender que el
género, nació de una necesidad de la sociedad del momento. Los años sesenta,
que coinciden con el apogeo del western italiano, coinciden a la vez con un
periodo histórico convulso y lleno de incertidumbre, donde nacerán nuevas
tecnologías y formas de pensamiento que trastocarán la sociedad y las
relaciones humanas, en ocasiones, por hechos extremadamente violentos, probando
por tanto que el género no parte de un solo individuo, sino de un momento
histórico y un contexto cultural. Es también una época de constantes guerras y
conflictos que provocan una gran cantidad de muertes y catástrofes, lo que
según diversos expertos, provocó en la población europea un entumecimiento
emocional, una baja autoestima, depresión, una visión negativa del ser humano
al darse cuenta de la gran destrucción que puede causar por sí mismo, lo que en
resumidas cuentas tiene como consecuencia la ausencia de sentimiento solidario
entre las personas.
Si en los años 60, el spaghetti western se
definió por alguna palabra, esa fue la de obsceno, un adjetivo que fue suscrito
por Goffredo Fofi, que como explique anteriormente tacha el género de
nauseabundo. Una obscenidad que para este personaje y para los años 60,
traspasa los límites de lo “culturalmente aceptado y que entra dentro de la
normalidad de la sociedad”. Sin duda alguna nada resume mejor esta situación
que la frase “todos somos hijos de nuestro tiempo”, pues lo culturalmente
aceptado por una sociedad, depende precisamente de la sociedad del momento y lo
que esta tenga establecido, pues pensemos y entremos en razón, un género tan
“sangriento” como este, en la actualidad no provocaría la alteración de la
personas que lo viesen, pues de hecho hoy en día, se dan películas mucho más
sangrientas y violentas de lo que podía llegar a representar el spaghetti
western.
BIBLIOGRAFÍA:
-Antonio José Navarro / Euro-Western: Nosferatu / Editoral: Paidós
ÓSCAR ELEZ-VILLARROEL FREILE - A3
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